lunes, 20 de julio de 2009

UNA MUTILACIÓN DEL MANIFIESTO

DADA— he aquí la palabra que lleva las ideas a la caza; todo burgués se siente dramaturgo, inventa distintos discursos y, en lugar de poner en su lugar a los personajes convenientes a la calidad de su inteligencia, busca las causas y los fines (según el método psicoanalítico que practica) para dar consistencia a su trama, historia que habla y se define. El espectador que trata de explicar una palabra es un intrigante. Desde el refugio hace manipular sus propios instintos. De aquí nacen las desgracias de la vida conyugal.

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